El hotel está situado en una granja del siglo XVIII, construida en roca y piedra local. Está rodado de la frondosa vegetación mediterránea de las colinas Morainic del lago Garda. Situado en Costermano, a pocos kilómetros de distancia del lago, antiguamente el hotel era una granja que pertenecía a la familia noble de Becelli de Garda. A finales de la década de 1960, fue comprado por la familia Ceradini, que siguió con la granja hasta los años 90. Casi todos los alimentos se producen en la misma granja, y durante todo el año se pueden degustar los platos típicos de la zona. La pasta es casera y se sirve con salsas tradicionales para enfatizar la genialidad de la cocina sencilla.

A las parejas les encanta la ubicación. Le pusieron un 8.1 para viajes de dos personas.